Fatshimetrie, 9 de agosto de 2024 – Las perspectivas de emancipación económica de los jóvenes refugiados estuvieron en el centro de los debates durante un taller sin precedentes en Fatshimetrie, la bulliciosa metrópolis de la República Democrática del Congo. Organizado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en colaboración con la Asociación para el Desarrollo Social y la Protección del Medio Ambiente (ADSSE), este evento destacó la importancia crucial del emprendimiento como palanca de desarrollo para estos jóvenes en busca de estabilidad y autonomía.
Durante este taller, expertos experimentados alentaron encarecidamente a los jóvenes refugiados de diversos orígenes (Ruanda, Burundi, Uganda, República Centroafricana, Congo Brazzaville y Sudán del Sur) a recurrir al espíritu empresarial como vector de emancipación económica. Makolo Olivier, experto en emprendimiento, lanzó un vibrante llamado a ir más allá de la condición de buscadores de empleo para abrazar el espíritu de innovación y creación de oportunidades.
«Les insto a invertir en proyectos prometedores que no sólo les permitirán prosperar individualmente, sino también contribuir activamente al dinamismo de la economía congoleña», subrayó Olivier. Destacó la necesidad de que los jóvenes refugiados se liberen de las limitaciones tradicionales y demuestren coraje y perseverancia para enfrentar los desafíos inherentes al espíritu empresarial.
El espíritu empresarial, según Olivier, no es sólo un medio de vida, sino un verdadero catalizador del cambio y la innovación. Al valorar los talentos y promover el desarrollo personal, los emprendedores contribuyen a crear un mundo mejor, más inclusivo y más próspero para todos.
En un contexto donde la incertidumbre y los obstáculos son comunes, el emprendimiento parece ser un camino lleno de riesgos pero también de oportunidades. Al alentar a los jóvenes refugiados a salir de su zona de confort y explorar nuevas perspectivas, este taller destacó el potencial transformador del emprendimiento para el desarrollo individual y colectivo.
En última instancia, el espíritu empresarial se presenta como un motor del desarrollo económico y social, ofreciendo a los jóvenes refugiados la oportunidad de convertirse no solo en actores de su propio futuro, sino también en contribuyentes activos a la construcción de una sociedad más inclusiva y resiliente. A través de la creación de empresas y proyectos innovadores, estos jóvenes refugiados no sólo pueden encontrar un medio de vida sostenible, sino también participar activamente en la construcción de un futuro mejor para todos.