**Ataque armado en Yalisombo, Kisangani: denunciar la violencia y promover la paz**
El jueves 22 de agosto, un ataque armado sacudió la tranquilidad de Yalisombo, un barrio urbano-rural de la comuna de Lubunga, en Kisangani. Hombres armados, cuya identidad aún se desconoce, sembraron el terror al quitarle la vida a un joven, apodado “Sunday”, mientras varias otras personas resultaron heridas. La brutalidad del asalto sumió a la comunidad local en el miedo y la confusión.
Según testimonios de la sociedad civil, «Dimanche» y un amigo se dirigían hacia su aldea cuando fueron atacados en el bosque por despiadados atacantes. Mientras el amigo logró escapar, “Domingo” fue trágicamente capturado y decapitado. Esta violencia abyecta ha dejado a la población local conmocionada y ha puesto de relieve la urgencia de poner fin a actos tan bárbaros.
El presidente de la sociedad civil Sauti ya Lubunga, el príncipe heredero Isomela, ha hecho un llamamiento urgente a las autoridades para que intervengan rápidamente y restablezcan la paz en la región. Es imperativo que se adopten medidas concretas para garantizar la seguridad y proteger las vidas de los residentes de Lubunga, Kisangani y la provincia de Tshopo en su conjunto.
En respuesta a este acto atroz, las autoridades enviaron un equipo conjunto de agentes del orden para mantener la seguridad en la zona afectada. Sin embargo, es crucial abordar las raíces profundas de este conflicto, en particular la disputa de tierras entre las comunidades Mbole y Lengola, que persiste durante más de un año. El asesinato del “Domingo” no puede verse como un incidente aislado, sino como el trágico resultado de un conflicto largo y complejo que requiere una respuesta holística.
Este infame acto conmocionó a la comunidad y provocó que muchas personas huyeran a Yakusu en busca de seguridad y refugio. Es imperativo que las autoridades locales se comprometan a resolver las tensiones existentes y trabajar para establecer una paz duradera e inclusiva dentro de la región.
En estos tiempos oscuros, es esencial que la sociedad congoleña se movilice para condenar la violencia, proteger los derechos humanos y promover la reconciliación y la paz. El asesinato de «Dimanche» no debería ser una simple noticia, sino un llamado a la acción para construir un futuro más seguro y armonioso para todos los ciudadanos de Kisangani y Tshopo. Las heridas infligidas a la comunidad deben curarse mediante la justicia, la solidaridad y un compromiso sincero con la paz.