Irán se encuentra una vez más en el centro de las noticias internacionales con declaraciones recientes del Líder Supremo, el Ayatollah Ali Khamenei, que abren la puerta a nuevas negociaciones con Estados Unidos sobre el programa nuclear en rápida expansión de Irán. Estas declaraciones se dirigieron al gobierno civil del país, afirmando que «no hay barreras» para entablar un diálogo con el enemigo designado, es decir, Estados Unidos.
Esta apertura de Jamenei coincide con el mandato del presidente reformista Masoud Pezeshkian y pone de relieve las líneas rojas que no deben cruzarse durante estas posibles negociaciones. También reitera su falta de confianza en Estados Unidos y enfatiza que no se debe esperar que el enemigo acepte seguir adelante con los planes de Irán.
Sin embargo, en un discurso retransmitido por la televisión estatal, Jamenei admite que esto no impide la posibilidad de colaboración con el enemigo en determinadas zonas. También advierte al gabinete de Pezeshkian que no confíe en Estados Unidos, insistiendo en que no debe esperar la aprobación del enemigo para seguir adelante.
A sus 85 años, el líder supremo tiene la última palabra en todos los asuntos estatales de Irán. Ya ha expresado a veces su apoyo a las negociaciones, a veces su desprecio por Estados Unidos, en particular después de su retirada unilateral del acuerdo nuclear en 2015, negociado con las principales potencias mundiales.
Estas declaraciones de Jamenei proporcionan un contexto importante para la posición iraní respecto de las negociaciones con Estados Unidos, destacando tanto una apertura al debate como una profunda desconfianza hacia el enemigo histórico. Es crucial seguir de cerca la evolución de esta situación y sus posibles consecuencias en la escena internacional.