Fatshimetrie, 30 de agosto de 2024 – Una ola de solidaridad y generosidad se ha apoderado del hospicio Saint-Vincent, situado en el corazón del distrito de Taba-Congo, en Lubumbashi, Alto Katanga, en la República Democrática del Congo. El viernes pasado, los ancianos residentes en este establecimiento recibieron una preciosa donación de alimentos y ropa, ofrecida por una asociación de jóvenes empresarios preocupados por el bienestar de las generaciones mayores.
Esta loable iniciativa se enmarca en el lanzamiento de una campaña de seis meses de duración titulada «Simpatizamos con nuestros abuelos», iniciada el pasado mes de mayo. Touré Bitangalo, presidente de la asociación “Fuerza de los jóvenes empresarios para triunfar juntos” (AFJERE), subrayó la importancia de devolver la dignidad y el confort a los más desfavorecidos. Para él, la bondad hacia las personas mayores es una responsabilidad colectiva, una forma de brindar calidez y apoyo a quienes más lo necesitan.
“Ofrecer una sonrisa a los más vulnerables es nuestro profundo compromiso, porque nos consideramos los brazos y las piernas de quienes carecen de ellas”, declaró con convicción Touré Bitangalo. También destacó la fructífera colaboración de su asociación con la Hop Family Foundation, organización filantrópica de renombre internacional.
Édouard Panga, responsable del aspecto social del hospicio Saint-Vincent, expresó su agradecimiento, en nombre de los beneficiarios, por esta hermosa manifestación de solidaridad. Bendijo la asociación de jóvenes donantes y pidió a la divina providencia que los acompañara en sus nobles acciones en favor de los ancianos necesitados.
Esta acción humanitaria es testimonio de la fuerza de una juventud emprendedora y comprometida, dispuesta a tender una mano a quienes construyeron el mundo de hoy. A través de estos gestos de generosidad, se forja un precioso vínculo intergeneracional que nos recuerda que la solidaridad y la empatía siguen siendo valores esenciales para construir una sociedad más justa y armoniosa. La entrega de uno mismo hacia los mayores suscita una oleada de esperanza y compasión, fortaleciendo los lazos de hermandad que unen a los miembros de una misma comunidad.