Fatshimetrie: Análisis de la situación agrícola en África y las propuestas de Bill Gates
África está experimentando un crecimiento demográfico particularmente rápido, con una población que podría superar los 2.400 millones de personas en 2050. Este crecimiento plantea un desafío importante para los líderes africanos: cómo alimentar a una población en expansión, incluso cuando muchos africanos ya tienen dificultades para obtener comidas adecuadas a diario. ?
Actualmente, de los 1.500 millones de personas que viven en África, alrededor del 10% se enfrenta a una inseguridad alimentaria grave y, en ocasiones, sin saber de dónde vendrá su próxima comida. Ante esta realidad, es necesario encontrar soluciones concretas para garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones africanas.
Es en este contexto que la próxima semana se celebrará en Kigali el Foro sobre Sistemas Alimentarios Africanos, en asociación con la Unión Africana. El objetivo es debatir y promover un plan decenal destinado a acelerar y transformar la agricultura en África.
El desafío es claro: para alimentar a las poblaciones, debemos mejorar las operaciones agrícolas, en particular las 33 millones de pequeñas granjas del continente que producen el 70% de los alimentos en África, pero con rendimientos entre los más bajos del mundo.
En el centro de este debate destaca una figura influyente: Bill Gates. Gates, ingeniero informático estadounidense y séptima persona más rica del mundo, cree que las prácticas agrícolas industriales modernas pueden resolver el problema del hambre en el mundo. Propietario de vastas extensiones de tierra en Estados Unidos, se centra en granjas a gran escala, el cultivo de cultivos comerciales como maíz o soja a partir de semillas híbridas y el uso de insumos químicos.
Para Gates, la clave para combatir el hambre en África reside en la adopción de estas prácticas agrícolas modernas. Según él, los agricultores africanos deben aumentar su producción de alimentos adoptando métodos similares a los de los agricultores estadounidenses. Esto implica explotaciones más grandes, el uso de semillas híbridas de calidad, el acceso a la financiación necesaria, el uso de fertilizantes químicos para mejorar la fertilidad del suelo, la protección de los cultivos contra plagas y enfermedades, así como la comercialización de los cultivos.
Sin embargo, este enfoque no está exento de controversia. Mientras Gates aboga por una revolución en la agricultura africana, algunos cuestionan la eficacia de sus métodos y señalan los riesgos ambientales y sociales que implican. De hecho, la experiencia de Zambia, que siguió las recomendaciones de la Fundación Gates, pone de relieve las consecuencias nocivas de la industrialización excesiva de la agricultura..
Frente a estas complejas cuestiones, es crucial encontrar un equilibrio entre la modernización agrícola y la preservación de prácticas tradicionales sostenibles. Un enfoque inclusivo adaptado a las realidades locales parece ser la clave para garantizar la seguridad alimentaria en África sin comprometer la salud de las poblaciones y los ecosistemas.