Recientemente, se ha producido un acontecimiento trágico en la prisión de Makala, en Kinshasa, que ha sumido al país en una profunda consternación. El viceprimer ministro y ministro del Interior y de Seguridad, Jacquemain Shabani, anunció un balance provisional desgarrador: 129 personas perdieron la vida durante un intento de fuga el 2 de septiembre. Este triste episodio estuvo marcado por escenas caóticas y un gran número de víctimas, algunas de las cuales fueron asesinadas a tiros.
La historia de este trágico acontecimiento suscitó indignación y preocupación entre la población congoleña. Las cifras comunicadas por el Ministro del Interior revelan una realidad brutal: 129 muertos, 24 de ellos por disparos tras aviso, y el resto de víctimas murieron por empujones o asfixia. Se sabe tradicionalmente que el entorno penitenciario de la prisión de Makala está superpoblado; Además, la falta de seguridad y las deplorables condiciones de detención contribuyeron a esta tragedia.
Además de las pérdidas humanas, el costo material también es elevado. Durante esa noche desastrosa fueron incendiados el edificio administrativo, el registro, la enfermería y los depósitos de alimentos. Los daños causados por el incendio se suman al dolor de las familias afligidas y de toda la comunidad, ante una realidad difícil de aceptar.
Jacquemain Shabani destacó la violencia de estos hechos y se esfuerza por realizar investigaciones en profundidad para comprender las circunstancias exactas de este intento de fuga y las disfunciones que llevaron a consecuencias tan desastrosas. Sin embargo, sigue siendo imperativo que se haga justicia para las víctimas y que se tomen medidas para evitar que una tragedia como ésta vuelva a ocurrir.
Este sangriento intento de fuga en la prisión de Makala es un grito de alarma que debería llamar nuestra atención sobre la urgencia de reformar el sistema penitenciario y garantizar la dignidad y la seguridad de los presos. Es hora de que las autoridades actúen para prevenir nuevas tragedias y ofrecer a los detenidos condiciones de detención que respeten su humanidad. Que la memoria de las víctimas de esta trágica noche no quede en el olvido y que su sacrificio sirva de catalizador para la conciencia colectiva.