El devastador e implacable supertifón Yagi azotó la costa norte de Vietnam con una fuerza sin precedentes, dejando un rastro de destrucción y desolación. Las provincias de Quang Ninh y Haiphong fueron las primeras afectadas, con fuertes vientos que superaron los 149 kilómetros por hora, según información del Centro Nacional de Predicción Hidrometeorológica de Vietnam. Los residentes de la zona vivieron tiempos aterradores, con techos arrancados, árboles arrancados de raíz y grandes daños materiales.
Los testimonios de personas presentes en el lugar describen una escena apocalíptica. Una residente de Haiphong, Tran Thi Hoa, dice: «Hacía años que no veía un tifón de esta magnitud. Fue aterrador. Me quedé adentro, después de cerrar todas las ventanas. Pero el sonido del viento y la lluvia era increíble».
Antes de llegar al continente, el tifón también asoló la isla de Co To, frente a la costa de Quang Ninh, arrancando cientos de árboles y causando importantes daños a los edificios de la isla. Las autoridades locales han subrayado que Yagi es el tifón más poderoso que ha azotado la isla en varias décadas.
Las consecuencias humanas de este desastre natural son trágicas. Al menos tres personas han perdido la vida, mientras que una docena más están desaparecidas, incluidos marineros a bordo de barcos pesqueros arrastrados por las furiosas olas. Las autoridades vietnamitas han movilizado importantes recursos para rescatar a las poblaciones en peligro y evaluar la magnitud de los daños.
Además de Vietnam, el tifón Yagi también azotó el sur de China, dejando tras de sí un gran número de víctimas humanas: al menos tres muertos y 95 heridos. La isla turística de Hainan se vio especialmente afectada, con fuertes vientos y lluvias torrenciales que causaron importantes daños materiales.
Ante esta catástrofe, la solidaridad y la movilización de las autoridades y de la población son esenciales para rescatar a las personas afectadas y reconstruir las zonas del desastre. El cambio climático y sus consecuencias sobre la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos subrayan la urgencia de actuar para proteger el medio ambiente y limitar los riesgos de desastres naturales en el futuro.