*Revista Fatshimetrie*
**Trabajo forzoso: una crisis mundial que debe abordarse con urgencia**
El trabajo forzoso sigue siendo un problema profundamente arraigado que afecta a millones de personas en todo el mundo, y las estadísticas alarmantes revelan que alrededor de 1,6 millones de nigerianos están atrapados actualmente en este sistema de explotación. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha subrayado la necesidad imperiosa de liberar a estas personas del trabajo forzoso y reintegrarlas a una fuerza laboral legítima, destacando los enormes beneficios económicos que podrían generar tales acciones.
En su informe exhaustivo titulado «Actuar contra el trabajo forzoso: una evaluación de los requisitos de inversión y los beneficios económicos», la OIT destaca que la liberación de las personas del trabajo forzoso y su posterior integración al empleo formal podrían potencialmente generar un asombroso aumento de 611 mil millones de dólares en el Producto Interno Bruto (PIB) mundial, con importantes ramificaciones para Nigeria.
Francesca Francavilla, economista senior de la OIT, destacó que erradicar el trabajo forzoso no es solo una obligación moral, sino también una decisión financieramente sólida. Las ventajas económicas descritas en el informe ofrecen un argumento convincente para desmantelar estratégicamente esta práctica inhumana, trasladando recursos de las manos de los perpetradores a la economía formal, fomentando así el crecimiento y el desarrollo sostenibles.
El informe de la OIT estima que la implementación de intervenciones clave para combatir el trabajo forzoso requeriría una inversión única de aproximadamente 212 mil millones de dólares, equivalente al 0,14% del PIB mundial. Sin embargo, es fundamental señalar que esta cifra solo incluye iniciativas específicas y excluye reformas políticas y legales más amplias esenciales para abordar los factores sistémicos que impulsan el trabajo forzoso.
Según la publicación Estimaciones mundiales sobre la esclavitud moderna de la OIT para 2022, más de 27,6 millones de personas en todo el mundo están actualmente atrapadas en el trabajo forzoso, lo que supone un preocupante aumento de 2,7 millones desde 2016. Scott Lyon, investigador principal de políticas de proyectos de la OIT, subrayó la necesidad apremiante de aumentar las inversiones y adoptar medidas concertadas para revertir esta preocupante tendencia, y destacó el papel fundamental de los recursos financieros para combatir eficazmente el trabajo forzoso.
Además del importante impulso al PIB, la recuperación económica prevista como resultado de la erradicación del trabajo forzoso generaría mayores ingresos fiscales y ahorros en los servicios a las víctimas, lo que facilitaría la reorientación de los recursos públicos hacia la promoción de los objetivos nacionales de desarrollo. El informe de la OIT subraya que, si bien las implicaciones financieras de la lucha contra el trabajo forzoso no pueden simplificarse demasiado, los posibles beneficios económicos derivados de su erradicación constituyen una justificación convincente para aumentar las inversiones en esta esfera crítica.
Se insta a los gobiernos, los empleadores y las organizaciones de trabajadores a que formulen estrategias nacionales integrales que movilicen recursos y cubran las brechas de financiación existentes, y que el apoyo internacional desempeñe un papel fundamental para impulsar la acción colectiva contra el trabajo forzoso. La urgencia de la cuestión exige un frente unido para abordar el trabajo forzoso, con inversiones sostenidas y esfuerzos de colaboración imperativos para lograr un cambio transformador a escala mundial.
En conclusión, la prevalencia generalizada del trabajo forzoso subraya la necesidad apremiante de una acción concertada y mayores inversiones para combatir esta flagrante violación de los derechos humanos. Romper las cadenas del trabajo forzoso no es sólo un imperativo moral; es una opción económica estratégica que puede generar profundos beneficios para las sociedades de todo el mundo, transformando vidas y fomentando un desarrollo inclusivo y sostenible para las generaciones futuras.