“La persistente inseguridad en la República Democrática del Congo sigue poniendo en peligro la vida de los trabajadores humanitarios que trabajan sobre el terreno. Una situación crítica que ha alcanzado proporciones alarmantes en 2024, con al menos 268 incidentes de seguridad registrados, según datos proporcionados por Bruno Lemarquis, humanitario. coordinador Estas elocuentes cifras subrayan la gravedad de la situación en un país donde el ejercicio de la ayuda humanitaria está marcado por desafíos inconmensurables.
La República Democrática del Congo se encuentra entre las zonas más peligrosas para los actores humanitarios, expuesta a violaciones de derechos humanos y violencia mortal. Las estadísticas muestran un aumento del 39% en los incidentes de seguridad en comparación con el año anterior, y no se puede ignorar el triste número de siete muertes entre miembros de la comunidad humanitaria desde principios de año.
Sin embargo, a pesar de estos riesgos inherentes a su misión, los trabajadores humanitarios continúan trabajando con determinación para satisfacer las necesidades de las poblaciones más vulnerables. En el primer semestre de 2024, más de 61.000 sobrevivientes de violencia de género recibieron apoyo, lo que demuestra el compromiso inquebrantable de las organizaciones humanitarias de proteger y apoyar a quienes más lo necesitan.
Los enfrentamientos entre las fuerzas armadas congoleñas y grupos armados, como el M23 en Kivu del Norte, así como la violencia recurrente en otras provincias como Kivu del Sur y Tanganica, han provocado desplazamientos masivos de población. Con más de 6,4 millones de personas desplazadas registradas en todo el país, la crisis humanitaria en la República Democrática del Congo se encuentra entre las más graves del mundo en términos de desplazamiento interno.
La región de Goma sigue siendo especialmente preocupante, con hasta 750.000 personas desplazadas que viven en condiciones extremadamente difíciles, expuestas a epidemias y violencia de género. A pesar del compromiso financiero de la comunidad internacional, con una financiación prevista de 2.600 millones de dólares para responder a la crisis, sólo se ha movilizado el 37% de esta cantidad, lo que pone de relieve los desafíos persistentes en la financiación de las operaciones humanitarias.
La tragedia de la muerte de un humanitario en un control de carretera de Wazalendo en Kalehe y la crítica situación de 211 escuelas ocupadas por personas desplazadas, que privan a miles de niños de su derecho a la educación, ponen de relieve las consecuencias devastadoras de la crisis humanitaria en la República Democrática del Congo.
Ante estos colosales desafíos, es imperativo fortalecer el apoyo a los actores humanitarios sobre el terreno, garantizar su seguridad y movilizar más recursos para responder a las necesidades urgentes de las poblaciones afectadas. La situación en la República Democrática del Congo requiere una acción concertada y una mayor solidaridad internacional para abordar una crisis humanitaria de escala sin precedentes.».
Esta versión ofrece un análisis en profundidad de la situación en la República Democrática del Congo, destacando la urgencia de una acción concertada para apoyar a los actores humanitarios y responder a las necesidades de las poblaciones vulnerables.