Las recientes tensiones en Oriente Medio han provocado una ola de desplazamientos masivos en el Líbano, donde más de 70.000 personas se encuentran ahora alojadas en refugios, dijeron las autoridades libanesas. Es probable que el número real de refugiados del sur y este del Líbano sea mucho mayor, y muchos ciudadanos encontrarán refugio con familiares o en hoteles fuera de los centros oficiales.
La región está ahora sumida en una atmósfera tensa, con intercambios de ataques entre Israel y Hezbolá que han obligado a decenas de miles de libaneses a huir de sus hogares. Según Naciones Unidas, más de 90.000 personas han sido desplazadas recientemente en el país, provocando una auténtica crisis humanitaria. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación porque el Líbano está «al borde del precipicio», y pidió a Israel y Hezbolá que «detengan la violencia y la destrucción».
Ante la amenaza de una escalada y un conflicto regional, Estados Unidos y diez de sus aliados pidieron un alto el fuego de 21 días a lo largo de la frontera entre Israel y el Líbano. Sin embargo, el primer ministro israelí rechazó categóricamente los rumores de un posible alto el fuego inminente y ordenó al ejército israelí continuar las hostilidades «con toda la fuerza necesaria».
Esta situación crítica pone de relieve la urgencia de una acción concertada para evitar una escalada de violencia y proteger a los civiles atrapados en medio de este conflicto. Es imperativo que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos para fomentar el diálogo y lograr una solución pacífica y duradera para la región. No se debe sacrificar a civiles inocentes en el altar de los conflictos políticos y militares.