Kisangani, 30 de septiembre de 2024 – El lanzamiento de una huelga indefinida por parte del sindicato nacional de inspectores de educación del Congo (SYNIECO), sección de Tshopo, marca una nueva etapa en las reivindicaciones de los trabajadores del sector educativo. Este movimiento social, que comenzó este lunes por la mañana en Kisangani, pone de relieve las persistentes disfunciones en las condiciones laborales de los inspectores, como reacción a las promesas no cumplidas por el gobierno central.
La acción de los miembros de SYNIECO tiene como objetivo principal obtener el pago efectivo de sus primas de itinerancia, que han sido retenidas injustamente durante varios años. Las exigencias de los inspectores son claras: «sin bonificación no hay trabajo». Para estos profesionales de la educación, el reconocimiento financiero de sus viajes es un derecho legítimo, esencial para el ejercicio efectivo de sus misiones.
Las paredes de las oficinas de inspección de Kisangani están adornadas con carteles impactantes con lemas llamativos como «mi bono en el bolsillo, mis pies a las personas sin hogar». Esta expresión de solidaridad y determinación ilustra la unidad de los inspectores ante las dificultades encontradas. La huelga no se limita a esta categoría profesional; incluye también al personal administrativo y de apoyo, unidos en la lucha por condiciones laborales dignas.
Más allá del cese del trabajo, SYNIECO dice estar abierto al diálogo y a las negociaciones. Los inspectores esperan encontrar soluciones concretas a sus legítimas demandas, para garantizar una educación de calidad para todos los estudiantes de la provincia educativa de Tshopo 1. Esta movilización sindical destaca la importancia de respetar los derechos de los trabajadores de la educación y llama a las autoridades a la necesidad de hacerlo. tomar seriamente en cuenta las demandas del personal docente.
La huelga de inspectores de educación en el Congo pone de relieve los problemas sociales y económicos que afectan al sector educativo. Al defender sus derechos, estos profesionales contribuyen a fortalecer la calidad de la educación y garantizar un futuro mejor para las generaciones futuras. El diálogo social y el reconocimiento de los trabajadores son esenciales para construir un sistema educativo más justo y equitativo.