Vacaciones presidenciales: ¿una fuga irresponsable o un derecho fundamental?

Fatshimetria

Por Carolina Dupont

En un clima político ya tenso, estalla una nueva controversia entre los equipos de comunicación del ex vicepresidente Atiku Abubakar y el presidente Bola Tinubu. Esta vez se habla de la reciente escapada del presidente en Francia.

Cuando el presidente Tinubu anunció su salida de vacaciones por un período de dos semanas, comenzando con una visita al Reino Unido y luego a Francia, las críticas no tardaron en surgir. Los críticos deploran su ausencia durante este período de crisis económica generalizada.

El tono subió entre Phrank Shaibu, asistente especial de comunicaciones públicas de Atiku Abubakar, y Bayo Onanuga, secretario de prensa del presidente. En las redes sociales, Shaibu criticó duramente a Tinubu por, según él, abandonar sus responsabilidades gubernamentales en medio de la agitación económica.

En reacción a la defensa de Bayo Onanuga de la visita presidencial, diciendo que el presidente debería poder disfrutar de su tiempo libre sin ser molestado, Shaibu replicó que «el gobierno federal no es una agencia de viajes». Insiste en que la situación económica actual exige que los líderes sigan plenamente comprometidos con la gestión del país.

Bayo Onanuga, asesor especial de Tinubu en materia de información y estrategia, rompió su silencio para defender la elección de su jefe. Destacó que estos viajes son parte del derecho de licencia que disfruta el presidente. Reiteró que Tinubu estaba de permiso y podía ir a donde quisiera.

Sin embargo, Shaibu no se anduvo con rodeos y calificó las declaraciones de Onanuga de insensibles a la realidad económica que vive el país. Destacó la ironía de ver a la presidencia tratada como un simple lugar para la relajación personal, lejos de las preocupaciones de los ciudadanos que enfrentan importantes desafíos económicos y de seguridad.

Para Shaibu, los políticos deben rendir cuentas constantemente ante el pueblo, incluso durante las vacaciones. Denuncia la indiferencia de Onanuga ante las dificultades que afrontan a diario los nigerianos.

En conclusión, esta controversia ilustra las crecientes tensiones y expectativas de los ciudadanos hacia sus líderes. Mientras el país atraviesa un período difícil, la opinión pública espera que los líderes demuestren solidaridad y responsabilidad, incluso durante los períodos de licencia. Los vigorosos intercambios entre los equipos de comunicación resaltan las cuestiones cruciales que rodean la gestión de los asuntos públicos y el ejercicio del poder político.

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