En un país tan rico en recursos naturales como Nigeria, resulta alarmante que la falta de acceso a la electricidad esté obstaculizando gravemente el desarrollo de su economía. Akinwumi Adesina, presidente del Banco Africano de Desarrollo, destacó recientemente esta cuestión durante su conferencia sobre “Construyendo una Nigeria global”. Según él, Nigeria pierde alrededor de 29.000 millones de dólares al año, o el 5,8% de su PIB, debido al suministro energético ineficiente.
El sector manufacturero, pilar de cualquier economía en crecimiento, se ve particularmente afectado por este flagelo. Las empresas industriales nigerianas se ven obligadas a depender de generadores privados debido a los cortes de energía y la incierta disponibilidad de electricidad de la red pública. Esta costosa dependencia de fuentes de energía alternativas como el diésel y el fuel oil da como resultado altos costos de producción y una menor competitividad en el mercado internacional.
Las cifras son alarmantes: las empresas manufactureras gastaron 93.100 millones de naira en energía alternativa solo en 2018. Esta situación es insostenible, especialmente porque Nigeria tiene vastas reservas de gas y petróleo que podrían explotarse para producir electricidad. A pesar de ello, 86 millones de personas viven cada día sin electricidad en el país, lo que supone el récord mundial de número de personas sin acceso a la electricidad.
Para abordar este desafío, es imperativo que el gobierno nigeriano tome medidas concretas para mejorar el acceso a la electricidad. El presidente Adesina destaca la importancia crítica de un enfoque nacional para impulsar la economía y fomentar el crecimiento sostenible. Destaca el papel estratégico del Banco Africano de Desarrollo, que ha invertido masivamente en el sector energético de Nigeria, apoyando así el Programa de Recuperación del Sector Eléctrico.
Las inversiones del BAfD en proyectos importantes como el Proyecto de Electrificación de Nigeria y el Proyecto de Transmisión de Nigeria son pasos esenciales hacia el objetivo del acceso universal a la electricidad. Además, la iniciativa Desert to Power, valorada en 20.000 millones de dólares, tiene como objetivo proporcionar electricidad a más de 250 millones de personas en 11 países del Sahel, incluida Nigeria. Este ambicioso proyecto debería crear la zona solar más grande del mundo y contribuir a la autonomía energética de la región.
En conclusión, la actual crisis energética en Nigeria es un obstáculo importante para el desarrollo económico del país. Sin embargo, con un compromiso renovado con la transición energética e inversiones estratégicas en el sector energético, Nigeria podría superar estos desafíos y allanar el camino hacia un futuro más próspero para sus ciudadanos.