En un territorio ya marcado por la guerra, un acontecimiento trágico agravó aún más la situación. Las Fuerzas de Apoyo Rápido de Sudán se atribuyeron la responsabilidad del derribo de un avión de carga en el remoto Darfur occidental, lo que atrajo intensa atención internacional. Este incidente, ocurrido en la región de Malha, en Darfur del Norte, ha despertado especial interés por parte de los diplomáticos rusos y emiratíes, debido a sus posibles implicaciones y ramificaciones geopolíticas.
Imágenes de teléfonos móviles de aficionados capturaron los restos del avión y a miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido mostrando los documentos de identidad encontrados en el lugar del accidente. Estos documentos insinúan la posible participación de una aerolínea previamente asociada con los esfuerzos de los Emiratos Árabes Unidos para armar a las RSF, una acusación muy cuestionada por los Emiratos a pesar de la creciente evidencia.
La embajada rusa en Jartum confirmó que diplomáticos rusos estaban investigando el incidente, citando incluso la presencia de ciudadanos rusos a bordo del avión supuestamente derribado. En un contexto de conflicto armado persistente entre las RSF y el ejército sudanés desde abril de 2023, este evento plantea serias dudas sobre la participación extranjera en el conflicto y las violaciones de derechos humanos que podrían derivarse del mismo.
Las RSF afirmaron haber derribado un «avión de combate extranjero» que apoyaba al ejército sudanés, acusándolos de lanzar «barriles bomba» sobre civiles, sin aportar pruebas tangibles de estas acusaciones. Las imágenes de los combatientes entre los escombros en llamas, blandiendo con orgullo un pasaporte ruso y un documento de identificación vinculado a una empresa con sede en los Emiratos Árabes Unidos, suscitan preocupación sobre las implicaciones internacionales de este suceso.
Las declaraciones de que el avión derribado estaba entregando armas a las RSF a través de una empresa kirguisa llamada New Way Cargo subrayan la complejidad de las cuestiones involucradas en este conflicto. El grupo Observatorio de Conflictos, apoyado por el Departamento de Estado estadounidense, identificó estos aviones como vectores de suministro de armas para las RSF, apuntando a un posible desvío humanitario de vuelos hacia el aeropuerto de Amdjarass en Chad.
Las Naciones Unidas han encontrado acusaciones creíbles de que los Emiratos Árabes Unidos armaron a las RSF, destacando vínculos potencialmente dañinos entre actores internacionales y grupos armados locales. Ante una crisis humanitaria cada vez mayor y un número ya elevado de pérdidas, la comunidad internacional está llamada a actuar y arrojar luz sobre estos acontecimientos que amenazan con aumentar la carga sobre las poblaciones vulnerables de Darfur..
En un país plagado de inestabilidad desde la caída de Omar al-Bashir en 2019, los altibajos del conflicto entre las RSF y el ejército sudanés añaden una capa de complejidad a un panorama ya caótico. Mientras los combates arrecian y los actores internacionales son señalados, la búsqueda de justicia y paz para el pueblo de Darfur parece más crucial que nunca.
En el fondo, el espectro de Omar al-Bashir y sus presuntos crímenes aún se cierne sobre Darfur, recordando la urgente necesidad de poner fin a los abusos y exacciones que persisten en esta región asolada desde hace mucho tiempo. A la espera de nueva información sobre este incidente aéreo, el mundo contiene la respiración, consciente de los importantes problemas que estos acontecimientos plantean para la estabilidad regional y la paz mundial.