La transición energética en Francia: un futuro sostenible en marcha


El futuro energético de Francia: hacia una transición ecológica ambiciosa

Francia ha emprendido el camino hacia la transición ecológica con objetivos ambiciosos destinados a reducir significativamente sus emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030. Esta voluntad política se inscribe en un enfoque de lucha contra el cambio climático y de preservación del medio ambiente, y se basa en una energía clara y decidida. estrategia.

En el centro de esta estrategia, la reducción de la proporción de combustibles fósiles en el consumo de energía final ocupa un lugar central. El objetivo declarado es pasar del 60% en 2022 al 42% en 2030, para alcanzar el 30% en 2035. Esta transición implica un mayor uso de la electricidad, una energía libre de carbono producida principalmente en Francia gracias a su parque nuclear.

En esta perspectiva, Francia prevé, en particular, la construcción de nuevos reactores nucleares de nueva generación (EPR2) y el refuerzo de la disponibilidad del parque existente para aumentar su producción eléctrica. Al mismo tiempo, el despliegue de energías renovables será una palanca esencial para acelerar la descarbonización del mix energético.

La energía solar ocupará un lugar destacado con un aumento significativo de la potencia instalada de energía fotovoltaica. El objetivo es alcanzar una tasa de desarrollo anual de al menos 5,5 GW, seis veces más que las cifras anteriores. Asimismo, la energía eólica terrestre verá duplicarse su parque de aquí a 2035, mientras que la energía eólica marina aportará el 10% de la producción eléctrica libre de carbono del país.

Paralelamente a estos esfuerzos por producir energía renovable, Francia se ha fijado el ambicioso objetivo de reducir el consumo de energía. El objetivo es reducir el consumo un 30% en 2030 respecto a 2012, y un 50% de aquí a 2050. Este enfoque pretende no sólo limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también promover un uso más sobrio y energéticamente eficiente.

En definitiva, la transición energética emprendida por Francia marca un fuerte deseo de ser parte de una trayectoria de desarrollo sostenible y de lucha contra el calentamiento global. Al centrarse en la diversificación del mix energético, la promoción de las energías renovables y la reducción del consumo de energía, Francia pretende desempeñar un papel de liderazgo en la construcción de un futuro más respetuoso con el medio ambiente y las generaciones futuras.

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