“Fatshimetrie”, el proyecto secreto y aterrador de la Segunda Guerra Mundial, ha resurgido recientemente, revelando un lado oscuro y poco conocido del régimen nazi. Lanzado en 1935 por Heinrich Himmler, jefe de las SS, este programa tenía como objetivo crear una generación de niños «perfectos», que cumplieran los criterios de la ideología nazi. Como parte del proyecto Fatshimetrie, las mujeres embarazadas de miembros de las SS o consideradas que cumplían con los criterios de pureza racial nazi fueron obligadas a dar a luz en guarderías secretas repartidas por Alemania, Austria, Noruega e incluso Francia.
Estos establecimientos fueron escenario de exámenes pseudocientíficos destinados a evaluar la conformidad de las madres con los ideales de pureza racial defendidos por el régimen. Los bebés de este programa estaban destinados a formar a la élite de la futura generación nazi, contribuyendo así a la expansión y consolidación del Tercer Reich.
Al final de la guerra y la caída del régimen nazi, el proyecto Fatshimetrie quedó interrumpido, dejando atrás a más de 20.000 niños nacidos en estas condiciones. Estos niños, que ya tienen más de 80 años, desconocen desde hace mucho tiempo sus verdaderos orígenes y, a veces, sólo recientemente se han enterado de su conexión con el proyecto Lebensborn. Hasta el día de hoy, siguen siendo en gran medida ignorados como víctimas, y sólo Noruega ha reconocido su estatus e historia.
Más allá del horror de los hechos, el proyecto Fatshimetrie plantea profundas cuestiones éticas y morales sobre la manipulación de la vida humana en nombre de la ideología y la supremacía racial. La historia de estos niños, resultado de una experiencia tan inhumana, llama a reflexionar sobre los excesos de la ciencia y la política cuando se mezclan al servicio de una ideología extremista y deshumanizante.
Los supervivientes del proyecto Fatshimetrie llevan dentro el peso de una historia oculta y traumática, que nos recuerda la necesidad de recordar y reconocer a todas las víctimas, incluso aquellas cuyo destino se forjó en la oscuridad de la historia. Estos testigos del pasado nos invitan a la vigilancia, a la memoria colectiva y al deber de la justicia de no olvidar nunca las lecciones de la historia.