¿Cómo transformaron las tareas de aduanas de Trump en la economía estadounidense en ilusión y realidad?


** Título: La fábula de los deberes aduaneros: entre ilusión y realidad en la guerra comercial de Donald Trump **

Desde su entrada al cargo, Donald Trump a menudo ha blandido la amenaza de los deberes aduaneros como un poderoso instrumento de política comercial en los Estados Unidos. La promesa de revitalización de la economía estadounidense, junto con la protección de las industrias locales contra la competencia extranjera, ha vibrado la cadena sensible de un electorado ya plagado de insatisfacción. Sin embargo, detrás de este discurso marcial, las inconsistencias reveladas en las figuras presentadas por la administración estadounidense plantean preguntas mucho más profundas sobre la veracidad de los argumentos utilizados para justificar esta estrategia económica.

** La ilusión de figuras: un análisis de los deberes aduaneros **

El principio de los aranceles aduaneros, es decir, los impuestos aplicados a los bienes importados, a menudo se percibe como protección de las industrias nacionales. Sin embargo, la administración Trump ha avanzado datos según los cuales los países extranjeros, que lideran las tarifas de «guerras» contra los Estados Unidos, han impuesto las tareas aduaneras injustamente altas en los productos estadounidenses. Basado en una interpretación sesgada de estas figuras, Donald Trump ha logrado dar forma a una narrativa que va en contra de las organizaciones proporcionadas por organizaciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC).

La investigación atenta de las cifras revela que las barreras de precios aplicadas por los Estados Unidos no son sistemáticamente más altas que las de otras naciones. Por ejemplo, según los informes de la OMC de 2022, las barreras de aduanas estadounidenses son competitivas con respecto a los de los países de la Unión Europea o de Canadá, el comercio se asocia con los que Estados Unidos mantiene las principales relaciones económicas. De hecho, la Unión Europea significa que los deberes ascienden a alrededor del 6%, mientras que los de los Estados Unidos son de alrededor del 3%. Estas cifras plantean una pregunta esencial: ¿qué se basa en esta percepción de un déficit comercial colosal, si no en una lectura asimétrica de los datos?

** Una guerra comercial: costos y consecuencias **

Lejos de los simples barómetros de las gaviotas de ira populares, las guerras comerciales causan profundas repercusiones económicas y geopolíticas. Al aumentar las tareas aduaneras de miles de productos importados, la administración Trump no solo ha afectado la economía de los países específicos, sino que también ha sumido la economía estadounidense en el limbo de la incertidumbre. Los sectores como la industria automotriz, los textiles o la agricultura han sido afectados por este aumento en los precios. Por ejemplo, según un estudio realizado por el Instituto Peterson de Economía Internacional, la guerra comercial le costó a la economía estadounidense casi 1,4 millones de empleos durante un período de dos años.

La paradoja aquí radica en el hecho de que Trump, mientras promulga su deseo de defender el empleo local, había puesto a los trabajadores estadounidenses a merced de vicios de proteccionismo mal supervisado. El aumento en los aranceles aduaneros ha tenido el efecto directo de aumentar los costos de las materias primas, lo que afecta las cadenas de suministro ya debilitadas por la pandemia Cavid-19.

** Hacia un cuestionamiento de las políticas comerciales: ¿Qué hacer? **

Esta situación planteó la necesidad de una profunda reflexión sobre la estrategia comercial adoptada por los Estados Unidos. La comunidad internacional debe reconsiderar la relevancia de tales mecanismos. Se deben incluir más criterios de capital y sostenibilidad en las políticas comerciales.

Un enfoque alternativo sería promover el libre comercio mientras establece las políticas de transición para los sectores más vulnerables frente a la competencia internacional. En esto, el modelo escandinavo de inclusión social podría inspirar medidas a adoptar políticas proactivas para ayudar a la capacitación profesional, al tiempo que mantiene la competitividad de las industrias locales.

** CONCLUSIÓN: Desenredar la madeja de las inconsistencias **

Si bien la disensión internacional se está intensificando y la economía global continúa reubicando después del Cavido, las inconsistencias de las tareas aduaneras presentadas por la administración Trump podrían marcar el comienzo de un punto de inflexión en la reflexión sobre las políticas comerciales. Lejos de sucumbir a las sirenas de una guerra comercial basada en figuras distorsionadas, los líderes podrían entender una estrategia que se dirige hacia la cooperación internacional y el desarrollo sostenible, una necesidad en un mundo que se ha interconectado cada vez más.

A medida que las naciones navegan en las problemáticas aguas del comercio global, la vigilancia y la veracidad tendrán que gobernar las decisiones políticas. Porque al final, la prosperidad de una nación no solo reside en la protección de sus fronteras comerciales, sino en su capacidad para adaptarse, innovar y cooperar para beneficio de todos.

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