“Cuando los adversarios políticos se convierten en salvadores: el sorprendente refugio de Guillaume Soro en Niamey”

Guillaume Soro en Niamey: cuando la oposición encuentra refugio entre los adversarios políticos

La imagen de Guillaume Soro en Niamey la semana pasada suscitó muchas preguntas. ¿Por qué el general Tiani, jefe de la junta nigerina, dio una bienvenida tan cálida a este oponente en problemas con el gobierno de Costa de Marfil? Parece que esta práctica de apoyar a opositores de países vecinos está muy extendida en África, una forma pérfida para que los líderes expresen su animosidad hacia sus homólogos.

En muchos países africanos, los jefes de Estado no dudan en apoyar financiera y logísticamente a los opositores de sus pares. Esta amable bienvenida puede incluso llegar al punto de desestabilizar un régimen existente. Muy a menudo, este apoyo ofrecido a los opositores es discreto, pero también ocurre que determinadas reuniones son publicitadas. Éste es particularmente el caso de Guillaume Soro en Niamey, donde el jefe de la junta nigerina claramente quería mostrar su apoyo al oponente marfileño.

Esta práctica de apoyar a los opositores políticos no es nueva en África. En el pasado ya pudimos observar este fenómeno, como cuando los opositores de Sékou Touré fueron acogidos en Costa de Marfil o cuando los opositores del África francófona encontraron apoyo financiero en Gabón. Sin embargo, este apoyo puede ser fugaz, ya que muchas veces depende de las relaciones entre jefes de Estado. Así, cuando las relaciones entre Sékou Touré y Houphouët-Boigny se normalizaron, se ordenó a los opositores guineanos que se reconciliaran con su país de origen.

Aunque esta práctica puede parecer normal en el contexto africano, todavía plantea interrogantes. De hecho, Guillaume Soro fue muy influyente en Costa de Marfil durante muchos años, en particular como Primer Ministro y Presidente de la Asamblea Nacional. Por lo tanto, considera que desempeñó un papel fundamental en la llegada al poder de Alassane Ouattara y esperaba a cambio el reconocimiento eterno. Por tanto, es comprensible su amargura ante lo que percibe como ingratitud.

Sin embargo, es importante recordar que Guillaume Soro también se benefició de circunstancias favorables para alcanzar estos puestos de poder. Surgió como líder de un sindicato estudiantil y se estableció como portavoz de una rebelión armada en Costa de Marfil. Poco a poco, fue ascendiendo en la escala política hasta convertirse en un actor clave en la escena marfileña. Por tanto, es difícil calificar a Alassane Ouattara de simple beneficiario de las acciones de Guillaume Soro.

En conclusión, la práctica de apoyar a opositores políticos entre adversarios parece ser algo común en África. Guillaume Soro en Niamey es un ejemplo reciente. Aunque esta práctica pueda parecer normal en el contexto africano, es importante subrayar que el ascenso político de Guillaume Soro también se basa en circunstancias y acciones favorables de su parte. Por tanto, es necesario analizar el contexto y no reducir las relaciones políticas a una simple cuestión de reconocimiento.

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