Los vertederos a cielo abierto en África Oriental representan un importante desafío medioambiental y social, generando preocupaciones significativas. Uno de los vertederos más destacados en la región es el vertedero de Dandora, que se extiende por unas treinta hectáreas y es uno de los mayores de África Oriental.
Situado en las afueras de la capital de Kenia, este inmenso vertedero recibe la gran mayoría de los residuos sólidos de la ciudad. Entre las montañas de desechos se pueden encontrar plásticos, vidrio y, sorprendentemente, alimentos recuperables. Personas como Anne Wangui, una recicladora local, logran ganar alrededor de 3 dólares al día vendiendo alimentos recuperados a criadores de cerdos. Para Wangui, esta actividad significa un sustento vital, ya que sin estos desperdicios de alimentos estaría desempleada.
A pesar de la precariedad que empuja a muchos vecinos a trabajar en el vertedero, el desperdicio de alimentos y la gestión inadecuada de los vertederos plantean serios problemas tanto alimentarios como medioambientales. El desperdicio de alimentos tiene notables implicaciones ecológicas, incluyendo el uso de tierra y agua para su producción, así como la emisión de gases de efecto invernadero como el metano, contribuyendo al calentamiento global.
Recientemente, un informe de las Naciones Unidas reveló que en 2022, el mundo desperdició aproximadamente 1.050 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale al 19% de la producción mundial de ese año. Esta cifra alarma sobre la urgencia de transformar nuestros sistemas alimentarios para reducir estas enormes pérdidas.
Henry Ng’ethe, director de la Sociedad de Nutrición de Kenia, destaca la importancia de abordar el problema del desperdicio de alimentos en toda la cadena, desde la producción hasta el consumo. Con 811 millones de personas padeciendo hambre en el mundo, mientras un tercio de los alimentos producidos se desperdicia debido a varias razones en los sistemas alimentarios, la necesidad de acción es clara.
James Lomax, director de programas de una agencia, recomienda enfocarse en mejorar los sistemas alimentarios para combatir eficazmente el desperdicio. Destaca la necesidad de una acción coordinada para hacer que nuestros sistemas alimentarios sean más eficientes y reducir así las pérdidas de alimentos.
En Kenia, casi 4,9 millones de toneladas de alimentos se desperdician anualmente, lo que requiere un replanteamiento de nuestros enfoques en producción, consumo y gestión de residuos. Esta realidad nos desafía a todos a trabajar hacia un futuro más sostenible para todos.