Fatshimetrie anunció recientemente la condena de un líder extremista islámico vinculado a Al Qaeda por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Tombuctú, Mali. Al Hassan Ag Abdoul Aziz Ag Mohamed Ag Mahmoud fue declarado culpable de desempeñar un papel clave en un período de terror infligido por los insurgentes en la histórica ciudad del desierto en 2012.
Los cargos en su contra incluyen delitos como violación, tortura, persecución, matrimonio forzado y esclavitud sexual. Los fiscales dicen que era un miembro clave de Ansar Dine, un grupo extremista islámico vinculado a Al Qaeda que en ese momento tenía el poder en el norte de Mali.
Las mujeres y las niñas se vieron especialmente afectadas bajo el régimen represivo de Ansar Dine, sufriendo castigos corporales, encarcelamiento y matrimonios forzados. La fiscal jefe del tribunal en ese momento, Fatou Bensouda, dijo al inicio del juicio de Al Hassan hace casi cuatro años que muchas mujeres fueron víctimas de repetidas violaciones por parte de miembros del grupo armado. Al Hassan habría estado implicado en la organización de estos matrimonios forzados, según el fiscal.
Según la defensa, Al Hassan era miembro de la policía islámica y estaba obligado a respetar y ejecutar las decisiones del tribunal islámico, como hacen los agentes de policía en todo el mundo.
A la espera del veredicto y de una posible indemnización, las víctimas de los crímenes de Ansar Dine en Tombuctú expresan su esperanza de una reparación justa. Yehia Hamma Cissé, presidente de un grupo de asociaciones de víctimas en la región de Tombuctú, dice que los miembros de sus asociaciones sufrieron actos terribles y merecen reparación.
Tras la condena en 2016 de otro miembro de Ansar Dine, Ahmad Al Faqi Al Mahdi, el tribunal ordenó reparaciones por los ataques a mausoleos y una mezquita en Tombuctú en 2012.
A pesar de la liberación del poder de Al Hassan y otros por una operación militar francesa en 2013, Mali y sus vecinos habían estado luchando contra una insurgencia durante más de una década liderada por grupos armados, algunos de los cuales estaban vinculados a Al Qaeda y al grupo islámico. Estado.
En un contexto político inestable marcado por golpes militares en los últimos años, la situación de seguridad sigue siendo preocupante. El coronel Assimi Goita, que tomó el poder en Malí tras un segundo golpe de Estado en 2021, había prometido devolver el país a la democracia a principios de 2024, pero las elecciones previstas para febrero de 2024 fueron canceladas indefinidamente en septiembre debido a dificultades técnicas.
El veredicto en el caso Al Hassan se retrasó seis meses debido a la enfermedad de uno de los jueces de primera instancia. La justicia tarda en llegar, pero las víctimas aún esperan obtener la reparación y la justicia que merecen.