La escuela “Dios no es injusto”: un rayo de esperanza para la integración de las personas con discapacidad en Kananga, República Democrática del Congo

**La integración de las personas con discapacidad en el centro de las preocupaciones en Kananga, República Democrática del Congo**

En el corazón de Kasai Central, en Kananga, República Democrática del Congo, destaca una iniciativa loable por su compromiso con la educación y la integración profesional de las personas que viven con discapacidad (PVH). La Asociación de Jóvenes con Discapacidad por la Educación y el Empleo, miembro de la Red Provincial de Organizaciones de Personas con Discapacidad para el Desarrollo (Reprophad), trabaja activamente por el buen funcionamiento del complejo escolar “Dios no es injusto”.

Detrás de este elocuente nombre se esconde una realidad conmovedora: una falta crucial de apoyo, tanto material como financiero. David Lumbala, coordinador de Reprophad, destaca con emoción los desafíos diarios que enfrenta esta escuela única. Los estudiantes, a pesar de su talento y determinación, se topan con la falta de materiales didácticos adecuados para las diferentes opciones técnicas ofrecidas.

En efecto, la opción de cortar y coser adolece de la falta de máquinas de coser, imprescindibles para la formación de los estudiantes. Asimismo, la opción de albañilería está luchando por desarrollarse por falta de materiales de construcción adecuados. Estas dificultades obstaculizan el pleno desarrollo de los estudiantes y comprometen la calidad de su aprendizaje.

Sin embargo, a pesar de estos obstáculos, el colegio “Dios no es injusto” logró distinguirse con sus notables resultados en la prueba nacional de orientación educativa y profesional (Tenasosp). Una hazaña que atestigua el potencial excepcional de los estudiantes, su ardiente deseo de aprender y de integrarse plenamente en la sociedad.

La incidencia realizada a favor de la participación cívica de las personas con discapacidad ilustra el deseo de esta comunidad de integrarse de manera sostenible en la provincia de Kasai Central. El acceso a una educación de calidad, la promoción de las competencias profesionales y la inclusión social están en el centro de las preocupaciones de la Asociación de Jóvenes con Discapacidad para la Educación y el Empleo.

Así, más allá de los desafíos actuales, está surgiendo un rayo de esperanza para estos jóvenes que aspiran a un futuro mejor. La convocatoria de solidaridad lanzada por la Asociación es una llamada a la acción, a la generosidad y la benevolencia hacia una causa noble y justa.

En conclusión, la historia de Dios no es una escuela injusta es una historia de resiliencia, perseverancia y dignidad. Ella encarna la lucha diaria de estas personas extraordinarias que se niegan a dejarse vencer por los obstáculos. Su determinación es un ejemplo para todos nosotros, un recordatorio conmovedor de la necesidad de construir juntos una sociedad más justa, más inclusiva y más humana.

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