Diplomacia del golf: una estrategia clave para Yoon Suk Yeol y Trump

En un contexto en el que muchos países anticipan un segundo mandato de Trump, el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, retoma el golf después de ocho años de pausa. La medida es parte de una potencial "diplomacia de golf" con el presidente electo Trump, un enfoque ya utilizado por otros líderes mundiales para interactuar con el magnate. Las relaciones entre Corea del Sur, Corea del Norte y Estados Unidos podrían verse influenciadas por esta nueva dinámica diplomática.
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En un contexto en el que muchos países anticipan un segundo mandato de Trump, el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, está implementando una estrategia diplomática cuidadosamente diseñada. De hecho, Yoon habría retomado recientemente la práctica del golf después de ocho años de abandono, preparándose así para una posible «diplomacia del golf» con el presidente electo Trump, según información proporcionada por la oficina presidencial a CNN.

El golf ha sido durante mucho tiempo un vehículo eficaz para interactuar con Donald Trump. Como motor financiero de su imperio empresarial, los campos de golf de Trump y las empresas asociadas recaudaron cientos de millones de dólares, según reveló una investigación de CNN en 2018. Durante su primer mandato en 2017, Trump ha visitado más campos de golf que cualquier otro presidente reciente, gastando los fines de semana en sus propiedades en Florida, Nueva Jersey y Virginia, a veces acompañado de legisladores o figuras empresariales.

Es cierto que la práctica del golf marcó los encuentros de Trump con los líderes mundiales. El fallecido primer ministro japonés, Shinzo Abe, regaló a Trump palos de golf chapados en oro durante una visita a su torre de Manhattan en noviembre de 2016. Los dos líderes también jugaron juntos al golf en Florida y Japón.

Durante su anterior mandato, Trump mantuvo varias reuniones con el expresidente surcoreano Moon Jae-in y mantuvo tensas conversaciones con el líder norcoreano Kim Jong Un, llegando incluso a decir que se habían «enamorado». El golf también había sido una parte clave de esta relación bilateral, y Trump elogió a los golfistas coreanos y la afinidad de Corea por el deporte.

Sin embargo, Yoon Suk Yeol enfrentará un escenario muy diferente en la Península de Corea cuando Trump regrese al poder. Las tensiones sobre la amenaza que representa Corea del Norte están causando alarma entre Estados Unidos y sus aliados, particularmente después de que fracasaran las conversaciones entre Trump y Kim durante su mandato anterior.

El gobierno conservador de Yoon, que llegó al poder en 2022, se ha afirmado como un socio fuerte de Estados Unidos para reforzar la disuasión contra Corea del Norte. Por lo tanto, es poco probable que alienten a Trump a reunirse con Kim sin un plan claro para la desnuclearización de Pyongyang.

Mientras tanto, las relaciones entre Corea del Norte y Rusia han experimentado un aumento, y Pyongyang ha enviado tropas y municiones a Rusia por el conflicto de Ucrania, lo que los líderes occidentales ven como una escalada importante.

La cuestión del mantenimiento de los 28.500 soldados estadounidenses en Corea del Sur también podría convertirse en un dolor de cabeza para Yoon una vez que Trump regrese al poder.. Si bien algunos abogan por una presencia militar estadounidense significativa en la Península de Corea para fortalecer la alianza entre los dos países, Trump a menudo ha cuestionado la cantidad que Corea del Sur aporta para esas tropas.

Antes de la victoria de Trump, los dos países alcanzaron el mes pasado un nuevo acuerdo de cinco años para compartir costos para las fuerzas estadounidenses con base en Corea del Sur, con el objetivo de preservar la alianza de larga data antes de las elecciones estadounidenses.

Por lo tanto, la reanudación del golf por parte del presidente Yoon Suk Yeol bien podría ser el preludio de un período diplomático complejo y decisivo para Corea del Sur bajo el segundo mandato de Trump. Las cuestiones estratégicas y políticas en la región asiática bien podrían verse influenciadas por esta forma de «diplomacia de golf» entre los líderes de las dos naciones.

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