Fatshimetrie: sumergirse en un mundo inusual donde la comida aún vive
En un mundo donde la diversidad culinaria nunca deja de sorprender, ciertas prácticas gastronómicas son increíbles. Estas antiguas tradiciones aún persisten hoy en día en varias culturas, donde los alimentos se comen vivos para garantizar una frescura incomparable. Este viaje al mundo de “Fatshimetrie” revela siete animales que comúnmente se comen vivos, las culturas que los consumen, así como las motivaciones detrás de estas prácticas únicas.
1. Pulpo: una fiesta en movimiento
En Corea del Sur, el «sannakji» es un plato que consiste en comer trozos de pulpo que aún están vivos. Los tentáculos que se retuercen proporcionan una sensación única en la boca, pero hay que tener cuidado con las ventosas que pueden representar un peligro de asfixia. Esta experiencia culinaria destaca la búsqueda de la frescura y la apreciación de la textura en movimiento de los tentáculos.
2. Pescado: el corazón late en el sashimi
En Japón, la preparación del pescado «ikizukuri» consiste en cortarlo en sashimi manteniéndolo vivo. De esta forma, los huéspedes podrán observar su corazón aún latiendo, ofreciendo una experiencia sensorial única. Asimismo, en China el “pescado yin yang” combina frito y vivo, creando un sorprendente contraste visual y gustativo.
3. Ranas: una fiesta controvertida
En Japón, las ranas a veces se sirven vivas como sashimi, lo que ofrece una textura fresca y elástica a los aficionados. Esta práctica, aunque controvertida, plantea interrogantes sobre el trato a los animales en la gastronomía.
4. Camarones: euforia y frescura
Los “camarones borrachos” en China sumergen estos crustáceos en alcohol fuerte para adormecerlos y hacer que sea más fácil disfrutarlos vivos. El alcohol agrega un sabor especial a los camarones, brindando a los comensales una experiencia de sabor única junto con una ligera euforia.
5. Erizos de mar: el manjar oceánico
Los erizos de mar, especialmente sus corales, se comen vivos en Japón y en determinadas regiones del Mediterráneo. Esta práctica de abrir el erizo de mar y probar el coral resalta directamente la frescura y el sabor marino único de este delicado plato.
6. Ratones bebés: controversia y tradición
En algunas zonas rurales de China, a veces los recién nacidos son devorados vivos. Conocida como «San zhi er», esta práctica, marcada por los tres gritos de los ratones, suscita debates sobre los supuestos beneficios para la salud y el respeto por la vida animal.
7. Insectos: golosinas crujientes
En Tailandia y otras partes del sudeste asiático, los insectos vivos, como las hormigas y los escarabajos, se disfrutan como bocadillos crujientes y ricos en proteínas. Esta práctica, además de su valor nutricional, contribuye a la sostenibilidad ambiental al promover una fuente alternativa de alimento..
Si bien estas prácticas de consumo de animales vivos pueden parecer extrañas o incluso chocantes para algunos, demuestran la diversidad de relaciones entre culturas, alimentos y tradiciones. “Fatshimetrie” nos invita a repensar nuestra relación con la comida y a explorar los límites de la gastronomía, entre la fascinación y la controversia.