Francia contiene la respiración en este solemne día de duelo nacional tras el devastador paso del ciclón Chido en el departamento francés de ultramar de Mayotte. Francia, unida en la compasión, rinde homenaje a las víctimas de esta catástrofe de magnitud sin precedentes que azotó la isla más vulnerable del territorio francés.
La bandera tricolor ondea a media asta en todo el país, marcando el inicio de una jornada marcada por la contemplación. A las 10 en punto, el país guarda un minuto de silencio, un momento simbólico en el que las palabras sobran ante el dolor de las familias en duelo.
El presidente Emmanuel Macron, acompañado por altos dignatarios estatales, se inclina ante las víctimas en el Palacio del Elíseo, mientras el primer ministro François Bayrou dirige una conmovedora ceremonia en el Hôtel de Matignon. Estos gestos de homenaje reflejan el compromiso de Francia con la solidaridad y la reconstrucción de Mayotte, una tierra maltrecha pero resistente.
El ciclón Chido, el más devastador que azotó Mayotte en casi un siglo, sembró muerte y desolación a su paso. Con un saldo provisional de 35 muertos y casi 2.500 heridos, el verdadero coste humano de esta tragedia sigue siendo incierto, dados los daños generalizados a las infraestructuras y las precarias condiciones de vida de los residentes.
El 14 de diciembre, el ciclón Chido azotó duramente Mayotte, destruyendo viviendas, interrumpiendo el suministro de agua y electricidad y cortando las comunicaciones. Los equipos de rescate están trabajando para restablecer los servicios básicos, pero la magnitud de los daños hace que la fase de reconstrucción sea especialmente difícil.
Este día de luto nacional trasciende las fronteras de Mayotte para tocar el corazón de todos los ciudadanos franceses. En este período de luto y reconstrucción, la solidaridad nacional e internacional emerge como un pilar esencial para el futuro de Mayotte, que se recuperará gracias a la resiliencia de su pueblo y al apoyo de la comunidad internacional.
Juntas, con las manos extendidas y los ojos vueltos hacia un horizonte de esperanza, Francia se moviliza para que la luz traspase las tinieblas en la reconstrucción de Mayotte, símbolo de coraje y resiliencia ante la adversidad.