El plazo largamente esperado para el retorno del orden constitucional en Guinea, fijado inicialmente para el 31 de diciembre, está provocando una ola de descontento entre las Fuerzas Vivas del país. Esta coalición que reúne a partidos de la oposición y organizaciones de la sociedad civil ha dejado clara su posición: ya no reconocerá a las autoridades de transición más allá de este plazo.
La promesa incumplida del gobierno de regresar al orden constitucional ha arrojado un velo de incertidumbre sobre el futuro político del país. Si bien la CEDEAO también había aprobado esta fecha como plazo que debía respetarse, las autoridades guineanas decidieron prorrogar la transición, evocando una misteriosa “refundación del Estado” sin proporcionar detalles concretos.
Las Forces vives de Guinée expresaron su deseo imperioso de que se estableciera una transición civil, enfatizando así la necesidad de una gobernanza democrática y transparente. El coordinador del Foro de las Fuerzas Sociales de Guinea destacó la ausencia de medidas concretas para garantizar este retorno al orden constitucional, deplorando la falta de responsabilidad y compromiso por parte de las autoridades vigentes.
Esta situación suscita un profundo malestar entre la población guineana y la comunidad internacional, y plantea dudas sobre la legitimidad y legalidad de las decisiones adoptadas por las autoridades de transición. El incumplimiento de los plazos establecidos y la vaguedad que rodea la transición a un gobierno civil están alimentando preocupaciones y un descontento generalizado dentro de la sociedad guineana.
En este contexto de tensiones y desacuerdos, se vuelve imperativo encontrar soluciones pacíficas y concertadas para garantizar una transición política e institucional en Guinea. El respeto de los principios democráticos, la legitimidad de las instituciones y el compromiso con el pueblo guineano deben estar en el centro de las acciones que se emprendan para garantizar un futuro estable y próspero para este país de África occidental.
Ahora es esencial que las autoridades existentes dialogen con las fuerzas motrices de la nación y tengan en cuenta las aspiraciones democráticas y cívicas expresadas por la población. La estabilidad y el desarrollo de Guinea dependen de la capacidad de sus líderes para respetar los compromisos asumidos y trabajar por un futuro democrático, transparente e inclusivo.