**Viejos enojados: La crisis de gobernanza en los hogares de ancianos de Durban**
En un barrio de clase trabajadora de Sydenham, Durban, se está desarrollando un drama silencioso que, con el paso de los años, se ha intensificado hasta convertirse en una ruidosa revuelta liderada por residentes de edad avanzada. Las tres residencias de ancianos, St Michael’s, St Gabriel’s y Mary Asher, dirigidas por el Consejo de Mujeres Sudafricanas de Durban (DBNCSAW), no son sólo refugios para personas mayores, sino también escenario de luchas internas de poder, fallos administrativos y una flagrante falta de de responsabilidad.
### Una revuelta justificada
El descontento de los residentes alcanzó un umbral crítico cuando decenas de ellos decidieron manifestarse en las calles, sosteniendo carteles que pedían un cambio radical al frente del establishment. Este gesto, aunque simbólico, revela desesperación ante una gobernanza deficiente y condiciones de vida precarias. Se agruparon así en torno a la concejala municipal Remona Mckenzie para denunciar un sistema que, según ellos, los ha descuidado.
La situación plantea preguntas fundamentales sobre cómo las organizaciones sin fines de lucro gestionan estructuras vitales para el envejecimiento de la población. En un país donde un tercio de la población tiene 60 años o más, como muestra un estudio de las Naciones Unidas de 2021, es imperativo que los hogares de ancianos tengan sistemas de gobernanza transparentes y responsables. El caso del DBNCSAW parece ilustrar la ausencia de tal rigor.
### Un marco legal insuficiente
La fuerza impulsora de la reforma en este sector también pasa por un marco legislativo sólido. La Ley de Organizaciones Sin Fines de Lucro (NPO) de Sudáfrica impone requisitos estrictos, incluido el requisito de celebrar reuniones generales anuales (AGM) para garantizar la transparencia. DBNCSAW no ha celebrado una Asamblea General Anual desde 2018-2019, una situación que no solo es ilegal, sino que compromete gravemente la confianza de los residentes. La dilación invocada por la dirección, en particular la pandemia de Covid-19, parece poco convincente y a menudo se entiende como un pretexto para ocultar una gestión fallida.
Para definir las cuestiones, es importante señalar que según el Informe sobre las ONG en Sudáfrica publicado por el Centro de Investigación sobre Organizaciones sin Fines de Lucro, la mala gestión y la falta de transparencia son problemas recurrentes que conducen a violaciones de los derechos de los beneficiarios. . Los casos de Durban, sin embargo, son sólo la punta del iceberg.
### Impactos en la vida de los residentes
La falta de una comunicación clara y de acceso a los documentos financieros tiene consecuencias directas en la calidad de vida de los residentes. Muchos de ellos dicen que viven en un clima de incertidumbre, y los casos de impago de servicios públicos contribuyen a crear una atmósfera tensa, con amenazas de cortes de electricidad que se ciernen como una espada de Damocles. Más profundamente, esta situación ensombrece la dignidad de las personas mayores que deberían estar rodeadas de cuidados y seguridad en sus últimos años.
¿Podría la iniciativa del grupo de trabajo formado por Mckenzie para monitorear el DBNCSAW ofrecer un rayo de esperanza en este mar de desesperación? Los miembros del grupo dicen que están dispuestos a ayudar y aportar su experiencia, pero se topan con la hostilidad de la dirección. La dinámica de poder aquí es reveladora: los residentes, tradicionalmente considerados vulnerables, ahora se están posicionando como actores activos en la reivindicación de sus derechos.
### Comparación con otros sistemas
Para enriquecer este debate, podría ser útil considerar cómo otros países manejan situaciones similares. Por ejemplo, en Suecia, las residencias de ancianos deben cumplir normas estrictas de calidad y transparencia, o enfrentarse a sanciones severas. También se realizan índices de satisfacción periódicos para dar voz a los residentes, un modelo que podría inspirar reformas en Sudáfrica.
Asimismo, esta situación ofrece un interesante ángulo de análisis sobre la forma en que se gestionan otras estructuras de acogida, como los establecimientos para personas con discapacidad. Al integrar a los beneficiarios en su gobernanza, estos establecimientos muestran mejores resultados en términos de satisfacción y calidad de los servicios.
### Conclusión
La lucha de los residentes de St Michael’s, St Gabriel’s y Mary Asher no es sólo un llamado a un cambio de dirección; es una respuesta a décadas de desequilibrio en el sector del cuidado de personas mayores. Lo que exigen es el reconocimiento de su dignidad y de sus derechos fundamentales. Las comunidades y los formuladores de políticas deben prestar atención a este tipo de situación, comprometiéndose a promover una gobernanza saludable que realmente satisfaga las necesidades de las personas mayores.
La preocupante opacidad en la gestión financiera de las residencias de ancianos es un llamado a la acción para todos aquellos que creen que una vejez respetable no es sólo un derecho, sino un imperativo moral.