¿Cómo la crisis económica y de seguridad en Goma amenaza el acceso a la atención médica?

** Goma: un sistema de salud en agonía frente a la crisis **

En el corazón del norte de Kivu, Goma ilustra perfectamente el desastre de la gobernanza frágil, donde la inestabilidad política y económica pone en peligro la salud pública. Desde la ocupación del M23 en enero de 2025, los establecimientos de salud privados, que dependen de los ingresos del paciente, han estado al borde del colapso, lo que resulta en despidos masivos. Mientras que los hospitales públicos, aunque en crisis, continúan funcionando, la necesidad de un sistema de cobertura de salud universal está presionando. El Dr. Hans Bateyi enfatiza que sin esta reforma, las disparidades en el acceso a la atención serán exacerbadas. ¿Puede la RDC aprender de otros países que han pasado por crisis similares? La respuesta radica en un enfoque que combina el apoyo del sector público y privado, para construir un sistema de salud resistente e inclusivo. Ante esta situación crítica, es hora de actuar para preservar la salud de millones de congoleños.
** Goma: ¿Entre la crisis de seguridad y la precariedad económica, un sistema de salud en agonía?

La situación en Goma, en el corazón del norte de Kivu, demuestra tristemente cómo la gobernanza frágil y los conflictos armados generan consecuencias desastrosas en la salud pública. Desde la ocupación del M23 en enero de 2025, esta región emblemática de la República Democrática del Congo (RDC) se ha convertido en una crisis multidimensional que afecta profundamente al sector de la salud. Los establecimientos privados, altamente dependientes de las contribuciones directas de los pacientes, ahora son agonías. Enfrentados con un clima de inestabilidad y parálisis financiera causada por el cierre de bancos e instituciones de microfinanzas, estos jugadores de salud esenciales se ven obligados a despirgar masivos, a menudo sin compensación.

Más allá de la simple observación, esta crisis destaca la compleja dinámica económica y social. Es interesante considerar el contraste entre los hospitales públicos, que, a pesar de los desafíos notables, continúan operando. Su relativa estabilidad se basa en su registro dentro de un modelo social de atención primaria. Este contraste destaca la importancia de un enfoque sistémico en la gestión de las crisis de salud, donde el equilibrio entre el público y el sector privado podría beneficiar a toda la población.

El Dr. Hans Bateyi, coordinador del programa de vacunación extendida, señaló la necesidad de operacionalización urgente de la cobertura de salud universal lanzada en la RDC. De hecho, se ha vuelto imperativo establecer un sistema de salud resistente, capaz de lidiar con choques externos, ya sea armados o económicos. La comparación con países que han experimentado crisis similares pueden arrojar luz sobre esta situación. Tome el ejemplo de Sierra Leona, que sufrió una guerra civil prolongada y una epidemia de ébola. La implementación de un sistema de cobertura de salud basado en la solidaridad nacional hizo posible no solo estabilizar el sector de la salud, sino también fortalecer la confianza pública en las instituciones de salud.

Sin embargo, ¿es posible esta transición en la RDC? La respuesta es compleja. Las instituciones locales, a veces disfuncionales, deben reformarse para evitar una redundancia peligrosa. Los testimonios de los profesionales de la salud de Goma revelan una dicotomía en el acceso a la atención, acentuados por la crisis actual. Muchos subrayan que sin una cobertura de salud adecuada, el riesgo de colapso de los servicios de salud durante las crisis futuras es real. El sistema de salud pública aparentemente resistente podría enfrentarse con la saturación de la demanda, mientras que el sector privado, ya en declive, desaparece lentamente.

Un análisis de las tendencias económicas y demográficas también muestra una acentuación de las desigualdades con respecto al acceso a la atención. Los hogares de bajos ingresos, la mayoría en la región, son los primeros afectados por la actual crisis financiera. Por lo tanto, el sistema de salud en su conjunto se encuentra en una espiral descendente, donde la precariedad económica empeora la vulnerabilidad de las poblaciones.

También es crucial mencionar la necesidad de incluir el sector privado en futuras soluciones. Ignorar su papel podría conducir a un monocultivo de acceso a la atención, donde solo los establecimientos públicos serían apoyados. Un enfoque mixto podría ser beneficioso, al integrar el apoyo a los establecimientos privados que contribuyen a la diversidad de la atención disponible. La sinergia entre el sector público y privado podría ofrecer soluciones innovadoras, tanto en términos de financiamiento como de enfoque para la atención.

Para concluir, la situación en Goma no es simplemente un reflejo de una crisis de seguridad, sino una oportunidad para repensar el sistema de salud en profundidad. La urgencia de una reforma sistémica, tanto pragmática como inclusiva, es obvia. El desafío no es solo satisfacer las necesidades inmediatas de las poblaciones, sino también construir una base estable y resistente que pueda soportar tormentas futuras. Porque más allá de los conflictos y las crisis económicas, la salud de millones de personas está en juego.

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