### Inundaciones en Kasangulu: un llamado urgente para la prevención y la conciencia
Las recientes inundaciones sufridas por la comuna de Kasangulu, ubicada en el Kongo-Central, revelan no solo un desafío ambiental sino también una crisis de gestión urbana que empeora con el tiempo. El llamado de la sociedad civil, transmitida por Jacques Komba, coordinador local, para la limpieza del río Lukaya, plantea preguntas fundamentales sobre las políticas de prevención de desastres naturales y la responsabilidad de las autoridades en la gestión de los recursos hídricos.
#### Un fenómeno vinculado al cambio climático
Las lluvias torrenciales, más frecuentes y más intensas que en el pasado, no son solo la consecuencia de las anomalías climáticas, sino que se amplifican por la planificación urbana no regulada y el manejo inapropiado de la infraestructura. De hecho, según un estudio de la organización nacional marítima y portuaria, países como la República Democrática del Congo sufren considerables impactos del cambio climático, con un aumento de 2 ° C previsto para 2050, exacerbando fenómenos como los observados en Kasangulu.
En comparación, otros países del África Subsahariana, como Mozambique, han establecido sistemas de alerta temprana e infraestructura de drenaje que han reducido significativamente las pérdidas humanas y materiales debido a las inundaciones. El hecho de que Kasangulu aún no haya adoptado un enfoque similar es una brecha peligrosa en la gestión de riesgos.
#### Una cuestión de conciencia y educación
Si la limpieza del río Lukaya es imprescindible, una de las claves del éxito también radica en la conciencia de la población. El comportamiento inapropiado, como el derrame de la suciedad en el curso de agua, debe abordarse en la raíz. La educación ambiental parece ser una necesidad urgente. Las campañas de sensibilización no solo pueden reducir la acumulación de residuos, sino también fomentar prácticas de construcción sostenibles e informadas. En este sentido, iniciativas como las realizadas por las ONG locales podrían reforzarse para incluir programas educativos en escuelas y comunidades.
### gestión de compt de recursos hídricos
Las recomendaciones de miel y saneamiento son solo paliativas si no forman parte de una Política integrada de gestión de recursos hídricos (Gire). El establecimiento de un plan de planificación regional que tiene en cuenta la gestión del agua de lluvia, la protección de los ríos y la creación de zonas de amortiguación alrededor de los cursos de agua es esencial.
En este sentido, ciudades como Nairobi en Kenia, que reestructuraron su enfoque de las inundaciones, invirtiendo en infraestructura resistente, ofrecen modelos a seguir. En Nairobi, la integración de la naturaleza en el desarrollo urbano, por ejemplo, a través de parques y áreas verdes, ha mostrado una efectividad contra las inundaciones al tiempo que mejora la calidad de vida de los habitantes.
#### La responsabilidad de las autoridades
El deber de anticipación y planificación cae directamente a las autoridades locales y provinciales. Jacques Komba denuncia brechas en los servicios de planificación de la ciudad, obras públicas y desarrollo de tierras. Estas entidades deben comprometerse a establecer un programa de desarrollo sostenible que tenga en cuenta las vulnerabilidades de la región frente a los desastres naturales. Los testimonios de las víctimas de las inundaciones, a menudo olvidadas, también deben ser una prioridad en el proceso de toma de decisiones.
#### Conclusión
Las inundaciones de Kasangulu deberían servir como un despertar para una acción inmediata y reflexiva. No limitarse a recomendaciones precarias, el establecimiento de un enfoque sostenible e integrado, combinado con una educación proactiva de los ciudadanos, no solo podría prevenir futuras tragedias sino también restaurar un equilibrio entre la naturaleza y la urbanización. El futuro de Kasangulu depende de cómo se enfrentarán estos desafíos. Es solo contratando comunidades y empoderando a las autoridades que podemos esperar para el desarrollo humano sostenible, capaz de lidiar con los tumultos del mal tiempo.