** Kinshasa y Resolución 2773: hacia una apropiación ciudadana de la paz **
El 14 de abril de 2025, en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo (RDC), fue celebrada a unos quince ciudadanos orquestados por el Comité de Crisis de Paz y Seguridad (CCPS-RDC). Este evento tenía como objetivo movilizar a los actores de la sociedad civil en torno a la Resolución 2773 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
### Una resolución propicio para el compromiso cívico
La Resolución 2773 pide a los Estados miembros que fortalezcan la cooperación con la sociedad civil para la promoción de la paz y la seguridad. Ofrece un entorno ideal para que los congoleños no solo puedan familiarizarse con sus arreglos, sino también para hacer los megaps. Me paciente Bashombe, coordinador de CCPS-DRC, enfatizó que este texto ahora es una «herramienta de trabajo» para galvanizar los esfuerzos a favor de la paz. Esta declaración ilustra el compromiso de varias organizaciones para interpretar, popularizar e integrar los principios de resolución a nivel local.
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Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones que se muestran, los participantes en esta quincena destacaron los obstáculos importantes para la implementación de la Resolución 2773. Entre estos desafíos, la persistencia de la violencia armada, la inseguridad general y la fragilidad de las instituciones locales constituyen problemas significativos. La RDC, a través de su historia marcada por conflictos y períodos de inestabilidad, enfrenta un entorno complejo en el que se pone a prueba la cohesión social.
Entonces surge la pregunta: ¿cómo puede la sociedad civil realmente contribuir a superar estos desafíos? Si el deseo de compromiso está ahí, es esencial que las acciones realizadas estén en línea con la realidad de las comunidades. El acceso a recursos confiables, capacitación y desarrollo de capacidades de actores civiles debe estar en la agenda para permitir una implementación efectiva de la resolución.
### Un marco de diálogo ampliado
La recomendación de crear un «marco de coordinación inclusivo» que involucre el CCPS-DRC y las autoridades nacionales es un enfoque constructivo. Para que el proceso sea transparente y que la participación ciudadana sea real, es imperativo incluir a todos los interesados, desde organizaciones de la sociedad civil hasta instituciones gubernamentales, sin descuidar los votos de las poblaciones más vulnerables. La colaboración con Monusco también puede desempeñar un papel central, particularmente en la facilitación del diálogo entre las diferentes fiestas.
Luego podría surgir un vínculo real entre el nivel local e internacional, permitiendo que la sociedad civil exprese sus preocupaciones con los cuerpos de toma de decisiones. Las recomendaciones que requieren un monitoreo riguroso de la Resolución 2773 y la posibilidad de sanciones contra aquellos que comprometen la paz ofrecen un marco de incentivos para los actores establecidos para actuar responsables.
### a una hoja de ruta cívica
Al final de esta quincena, los miembros del CCPS-DRC planean desarrollar una «hoja de ruta ciudadana» para estructurar sus acciones futuras. Este documento podría convertirse en un instrumento precioso para traer los votos de las comunidades locales dentro de los debates nacionales e internacionales. Establecer un diálogo regular con las autoridades y socios internacionales es crucial para garantizar que las necesidades y realidades en el terreno permanezcan en el corazón de todas las iniciativas.
### Conclusión
La resolución 2773 representa un paso hacia una apropiación colectiva de los valores de paz y seguridad en la RDC. Sin embargo, su implementación efectiva depende de la voluntad de los actores locales para involucrarse activamente, mientras tiene en cuenta las complejas realidades socio -políticas del país. La movilización de la opinión pública a nivel nacional e internacional puede ser decisiva para evitar que esta resolución permanezca solo un texto en papel.
En este contexto donde los desafíos son numerosos, la sociedad civil tiene un papel crucial que desempeñar en la construcción de un futuro pacífico e inclusivo. La fuerza de la movilización ciudadana, combinada con la buena voluntad de las instituciones, podría transformar la DRC en un modelo de resiliencia y cohesión social. Los próximos meses serán decisivos para traducir estas aspiraciones en acciones concretas.